De rechazo a oportunidad

Tú puedes elegir

· Rechazo,Eres Suficiente,Oportunidad,Auto-observación,Autoestima

¿Te ha pasado que cuando alguien te dice que no, se te dispara una vocecita interna que te critica y te dice que no estás a la altura, que si hubieses hecho esto o aquello no te estarían rechazando?

Que alguien te rechace no significa que no sirvas, que no seas lo suficientemente buena y tampoco implica necesariamente que hayas hecho algo mal.

¿Te ha pasado que estás en una relación de pareja y te esfuerzas por complacer a tu pareja?

¿A todo lo que te pide le dices que sí aunque en realidad no es eso lo que deseas?

¿Le haces los mejores regalos, cambias tus planes para atender a tu pareja, estás pendiente de ella las 24 horas del día y luego por más esfuerzos que hagas, te dice que no le gusta o incluso que no quiere continuar la relación?

No comprendes nada, y te sientes con el corazón destrozado, sientes que es injusto e incluso tratas de que lo reconsidere, y pasa el tiempo y estás pendiente de ver a tu ex-pareja en las redes, y a cualquier señal, sientes que hay alguna esperanza de que quiera volver contigo.

Cómo manejes tus relaciones (puede ser de pareja, de amistad o incluso de trabajo) y cómo asumas un potencial rechazo te puede estar mostrando que tienes la autoestima baja, que no te estás valorando como persona.

Esta es una gran paradoja: mientras más complaces a la otra persona, más te rechaza. No es necesario complacer sin medida y ser como tú crees que la otra persona quiere que seas. No es necesario esforzarte de más para evitar que la otra persona te rechace. A veces, este miedo al rechazo hace que pierdas de vista tus verdaderos sentimientos hacia ti mismo y hacia la otra persona. Cuando complaces sin medida, te estás poniendo en segundo lugar, y si tú te pones en segundo lugar, es imposible, literalmente, que la otra persona te ponga en primer lugar. Ya tú has cedido tu lugar.

Es tiempo de aprovechar la oportunidad que se te está presentando y preguntarte para qué complaces a la otra persona todo el tiempo.

Obsérvate a ti mismo con todos tus sentidos

Hay un ejercicio de auto-observación muy efectivo. Obsérvate en tu día a día cada vez que digas que sí a las peticiones de tu pareja. Cuando digas que sí a una petición o vayas a decir que sí (sería muy bueno que pudieras observarte desde que tienes el pensamiento de decir que sí, antes de decirlo verbalmente) observa cómo te sientes a nivel de cuerpo. Si cuando digas que sí, sientes bienestar en todo tu cuerpo, sin ninguna tensión, tu cuerpo te está mostrando que ése es un Sí-Sí. Si, por el contrario, dices que sí y sientes alguna tensión o malestar en tu cuerpo, éste te está indicando que hay una incomodidad, que no estás convencido de querer hacer eso. Ese es un Sí-No. Cuando dices que sí y realmente no lo deseas, en el camino, va a salir tu disgusto de alguna manera: puede ser en la forma que trates a la otra persona, o también puede salir en dolores o malestares a nivel corporal, o puede salir como frustración o rabia. Es el momento entonces, de chequear qué estás sintiendo y preguntarte si realmente quieres decir que sí. Tu cuerpo, a diferencia de tu mente, nunca miente y puede ser una excelente señal y punto de partida para darte cuenta de lo que realmente quieres, y comenzar a transitar el camino de quererte tal cual eres, de ponerte en primer lugar, de decir sí cuando realmente lo deseas, sin necesidad de ser como crees que la otra persona quieres que seas, ni hacer lo que la otra persona desea sin considerar lo que tú quieres.

No necesitas convertirte en otra persona para que te quieran. Si quieres mejorar algo en ti, hazlo por ti y no para complacer a otros. Sé tu misma. Descúbrete. Eres suficiente. Eres única.

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